La salud personal y la sostenibilidad ambiental han pasado de ser principios secundarios y opcionales en décadas pasadas a convertirse en una meta imprescindible para la sociedad contemporánea. Sin embargo, pese a que muchos desean alcanzar un estilo de vida más sano en la actualidad, aún existen estigmas sociales que atribuyen a la sostenibilidad un carácter inalcanzable para las clases sociales menos favorecidas. Esto se debe a la creencia arraigada en generaciones anteriores de que se necesitan amplios recursos económicos y privilegios sociales para alcanzar un estilo de vida sostenible y saludable.
Por medio de este artículo, abordaremos dicho estigma y resolveremos los temores que pueden surgir ante el reto de hacer la transición hacia un estilo de vida sostenible y saludable. Para ello, les compartiremos la experiencia de Diego Romero, un colombiano experto en bio-arquitectura, sostenibilidad, educación del ser y cuidado de la vida. Además de su trayectoria profesional, Diego gestionó su propia transición hacia un estilo de vida sostenible y saludable. Desde entonces, se ha dedicado a promover y facilitar el proceso de transición de muchas personas que buscan generar un cambio positivo y permanente en sus vidas.
Autodescubrimiento y motivación
¿Cómo decidiste incursionar en el mundo de la sostenibilidad desde tu carrera como arquitecto?
—Todo comenzó con una búsqueda personal por desarrollar hábitats más sanos y ecológicos. Mientras investigaba al respecto, me encontré con personas que aun teniendo viviendas bellas y de buena calidad, no lograban alcanzar un estilo de vida saludable. Este fenómeno se explica porque la salud de cada persona está estrechamente relacionada con su cuerpo, su mente, su hábitat y su relación con el entorno. Por lo tanto, un físico estético y ejercitado debe estar acompañado de una mente cuidada y una conciencia de vida saludable para garantizar una buena salud. De igual manera, la sostenibilidad de una vivienda no depende únicamente de sus materiales y técnicas de construcción, sino también de cómo viven y se relacionan quienes la habitan. Es así como la arquitectura de un hogar, que parece estar poco relacionada con la salud, puede influir directamente en el bienestar de las personas.
Por ejemplo, la espacialidad, iluminación y ventilación de una construcción pueden afectar el estado de ánimo de quienes lo habitan, provocando sensaciones positivas como relajación y tranquilidad o sentimientos negativos como estrés y angustia. Estos sentimientos pueden convertirse a largo plazo en un factor que incide en trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad. De igual maneral, los materiales que se usan para construir pueden afectar aspectos vitales como la respiración de las personas, por lo que es importante tener esto en cuenta al momento de elegir o edificar un hogar.
Economía vs sostenibilidad
¿Es posible adoptar un estilo de vida sostenible de bajo costo?
—En primer lugar, es pertinente aclarar que un estilo de vida saludable no es necesariamente más costoso que otros estilos de vida menos saludables. Esto es una creencia errónea que ha fomentado tendencias de consumo de productos ultraprocesados y costosos, especialmente en países con contextos económicos, políticos y sociales complejos. Sin embargo, gracias a los avances de la tecnología en nutrición y de las industrias con responsabilidad socioambiental, hoy es evidente que una alimentación basada en plantas puede ser menos costosa, más saludable y ecológicamente sostenible que una basada en productos de origen animal. Esto se debe a que las fuentes de proteína y nutrientes de origen vegetal son mas económicas de producir en comparación con la proteína animal, que emplea suelos y cantidades de agua insostenibles para su producción. Además, una dieta saludable basada en plantas contribuye a mejorar la calidad nutricional en nuestras vidas.
Viviendas sostenibles a nivel ambiental y económico
¿Se pueden construir viviendas sostenibles con costos similares a las convencionales?
Muchas personas piensan que es necesario invertir en materiales costosos para tener una vivienda digna y saludable. No obstante, la realidad es que si se usan materiales naturales, como la tierra establecida, y se implementan tecnologías apropiadas, como BTC (bloque de tierra comprimida), adobe, bahareque, entre otras, es posible garantizar una construcción sostenible a largo plazo con precios asequibles. Aun así, en muchos países de Latinoamérica, la industria de la construcción todavía no está pensando lo suficiente en la sostenibilidad y salud de las edificaciones. Por lo tanto, el ahorro económico podría ser mayor si se consolidan nuevas tecnologías y se invierte el presupuesto necesario en nuevos proyectos de bioarquitectura que incluyan tanto a viviendas sociales como a escala urbana.
La importancia de desarrollar un pensamiento sostenible
¿La sostenibilidad es una cuestión de capacidad económica o de mentalidad diferente?
—En realidad, opino que una buena gestión de la economía y un cambio de mentalidad son igualmente importantes en el marco de un estilo de vida sostenible y saludable. Sin embargo, el equilibrio económico es más fácil de alcanzar cuando se tienen hábitos saludables, teniendo en cuenta que comer bien y ser un consumidor responsable no implica gastar más dinero. Por otra parte, cambiar nuestro pensamiento de consumo es un requisito indispensable para hacer la transición hacia un estilo de vida saludable y sostenible, por lo que ese es el aspecto primario en el que debemos trabajar para sustentar las bases del proceso.
Por ejemplo, uno de los grandes retos que debe enfrentar una persona con intención de cambiar su estilo de vida es erradicar la cultura de procrastinar o delegar a otros la responsabilidad de ser partícipes del cuidado de la salud y la naturaleza: pensar que los problemas políticos y sociales deben resolverse para comenzar a implementar la sostenibilidad en nuestras vidas. Este pensamiento hace que muchas personas evadan sus responsabilidades ambientales y aplacen sus acciones para lograr una transición verdadera. Por esta razón, es necesario impulsar una nueva manera de pensar que acoja la sostenibilidad como modelo de vida y contribuya a crear una masa crítica que cuestione las prácticas tradicionales no sostenibles. Además, es importante enfatizar que los cambios de mentalidad hacia la sostenibilidad deben comenzar desde lo personal y sustentarse en la base de cualquier sociedad: las familias, los grupos sociales, las comunidades, etc.
La educación como herramienta para sembrar la semilla de la sostenibilidad en futuras generaciones
Teniendo en cuenta tu experiencia en educación, ¿Cómo se puede establecer esa nueva manera de pensar en la sociedad para comenzar a implementar acciones sostenibles?
— Ese es uno de los mayores desafíos a nivel de educación medioambiental. Es necesario establecer un enfoque pedagógico distinto para las poblaciones objetivo: los jóvenes, quienes son más abiertos al cambio y se pueden encaminar fácilmente con los argumentos socio-ecológicos adecuados; y los adultos, quienes son más reticentes ante las ideas nuevas y suelen aferrarse a costumbres poco saludables. En este sentido, existen tres áreas fundamentales para trabajar conjuntamente con las dos poblaciones:
- Sensibilizar en el impacto personal: Hacer que jóvenes y adultos se pregunten “¿Cómo afectan las prácticas poco sostenibles a mi salud?” Es más sencillo iniciar con esta reflexión de afectación a nivel íntimo, ya que la mayoría espera una solución externa definitiva para la crisis ambiental y se limitan a adoptar una una postura pasiva ante el cambio urgente.
- Incursionar en el activismo: Motivar a que los jóvenes y adultos actúen para hacer parte del cambio sostenible y se sientan identificados con una ideología ecológica y saludable que les permita compartir ideas, empatizando con los demás y con su entorno. Los valores más importantes a desarrollar para ambas poblaciones son la compasión y el altruismo.
- Promover la cultural del cuidado ambiental: Trascender paulatinamente el concepto tradicional del individualismo, que ha sido causa del desequilibrio ambiental y social, para comenzar a pensar en el cuidado de uno mismo, de los demás y de la naturaleza.
Para trabajar en estas áreas, es recomendable implementar la cátedra de diseño de vida saludable y sostenible directamente en el modelo educativo de los países, de forma que se cimienten las bases de una nueva mentalidad generacional. Esto se puede lograr desde la educación en colegios, creando una asignatura que abarque temas de ecología, economía sostenible y vida saludable para comenzar a fomentar hábitos y prácticas aplicables desde edades tempranas. De la misma forma, se pueden tomar medidas desde los pénsum en universidades, implementando temas de medioambiente, bienestar integral y salud en todas las carreras, con el fin de generar conocimiento interdisciplinar y compromiso socio-ambiental en el marco de un pensamiento sostenible.
Consejos para una adecuada transición hacia la sostenibilidad
¿Qué acciones se pueden implementar en la vida diaria para alcanzar un estilo de vida más sostenible?
— Para comenzar, las transiciones sanas y bien planificadas perduran más en el tiempo que aquellas estrictas o inmediatistas. El secreto está en diseñar un plan de acción que guíe el cambio de hábitos sin dejar de satisfacer las necesidades de cada persona: en cuanto a la alimentación, disminuir gradualmente el consumo de carne y alimentos ultraprocesados; en cuanto a la actitud ecológica, reducir el uso del plástico y el consumo de productos con empaques innecesarios; en el ámbito comportamental, optimizar el manejo del tiempo y desarrollar inteligencia emocional para mejorar las relaciones interpersonales. Estos son pequeños avances que motivan a lograr cambios duraderos. No se trata de buscar una meta fija e inmediata, sino de alcanzar un estado de equilibrio en el que nos sintamos bien con nosotros mismos, con la sociedad y el medioambiente.
Adicionalmente, con respecto al cambio progresivo de la mentalidad, lo principal es entender que la conversión debe ser interior para que se refleje e impacte positivamente en el entorno. En este sentido, los cambios individuales en nuestro interior son los que conforman, a largo plazo, grandes cambios globales.
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”
Mahatma Gandhi
Para ello, es útil hacer un ejercicio mental de introspección y preguntarse: ¿Qué cambios debo hacer para mejorar mi estilo de vida? ¿Qué componentes de mis prácticas y creencias me hacen daño, a los demás y a la naturaleza? Otra práctica que nos ayuda a la autogestión de nuestra salud física es pensar siempre antes de elegir los alimentos que consumimos: ¿Esto realmente me está nutriendo? ¿Cómo impacta este producto en mi salud? ¿Los alimentos que elijo consumir causan daño a otras vidas humanas o animales? Estas preguntas ayudan a rechazar progresivamente lo desfavorable y aceptar lo favorable para el propio bienestar y para el de los demás seres vivos.
Un estilo de vida sostenible es sinónimo de mentes y cuerpos saludables
¿Cuáles son los principales beneficios a nivel físico y mental que se pueden obtener con un estilo de vida saludable y sostenible?
—El principal beneficio a nivel mental es la paz y satisfacción con la propia conciencia. La disonancia cognitiva es un fenómeno psicológico muy común que se puede explicar como “sé que puedo hacer algo bueno por mí o por el mundo, pero mis acciones no son coherentes; creo estrategias y argumentos con los que me engaño a mí mismo para descartar la ética del cuidado de la vida y pensar que mis prácticas no son desfavorables”. Por consiguiente, eliminar la disonancia genera un estado de coherencia, bienestar mental y paz, lo que permite desarrollar un sentido de vida con propósito altruista. Lo anterior también produce beneficios corporales como la mejora integral de la salud, las capacidades físicas y la imagen personal. De igual manera, un factor importante es el beneficio para el entorno, ya que un estilo de vida sostenible contribuye al equilibrio natural, a la reducción del impacto ambiental, al rechazo del egoísmo y a la integración de una conciencia de unidad, donde es posible pensar en los demás y en lo que nos rodea como prioridad.
Las empresas como protagonistas y líderes del cambio
¿Es importante que las empresas dediquen tiempo y presupuesto a la sostenibilidad?
—Sí, es indispensable que las empresas se adapten constantemente a las dinámicas actuales porque son epicentros de impacto socio-ambiental y agentes importantes de cambio. Cada empresa tiene el deber de medir el impacto ambiental de sus actividades y de capacitar a sus empleados en temas de responsabilidad ambiental para crear una operación económica que aporte a la sostenibilidad. Esta transición requiere que los líderes comiencen un cambio consciente y sincero hacia la sostenibilidad para inspirar e impactar al interior de sus empresas. De esta manera, se crea un ambiente de confianza y conciencia colectiva, el cual facilita la implementación de mejores estrategias sostenibles sin sufrir impactos negativos a nivel económico y mejora la calidad de las empresas. Adicionalmente, los gobiernos pueden aportar a las organizaciones que hagan la transición hacia la sostenibilidad ambiental con la creación de más estímulos económicos, sociales y políticos para motivar la implementación de prácticas ecológicas y sostenibles.
Hacia un futuro de equilibrio sostenible y saludable
Cada persona debe realizar el ejercicio consciente de reconocer su influencia y responsabilidad como parte del ecosistema global, entendiendo que el cambio comienza personalmente y se convierte en una transformación colectiva por medio de la empatía, la comprensión, el altruismo y el reconocimiento de uno mismo como agente de cambio dentro del equilibrio natural. Por ello, reflexionar acerca de cómo nuestras acciones afectan a los demás y a nuestro entorno es el primer paso para hacer la transición hacia un estilo de vida genuinamente sostenible y saludable.
