En la encrucijada entre la eficiencia financiera y la responsabilidad ambiental, nuestras elecciones cotidianas de pago pueden tener un impacto profundo en la sostenibilidad del planeta. Una de las elecciones más palpables que enfrentamos diariamente es la forma en que realizamos transacciones: ¿es más sostenible utilizar tarjetas de crédito y débito o seguir confiando en el efectivo tradicional?
Este artículo se adentrará en los beneficios ambientales de optar por tarjetas de crédito y débito en lugar de utilizar efectivo. Desde la reducción del uso de papel hasta la disminución de la huella de carbono asociada con la producción de billetes y monedas, exploraremos cómo nuestras elecciones financieras pueden contribuir a la preservación del medio ambiente.
Además, contaremos con la opinión del economista José Claudio Cervantes Carbajal, experto en el sector financiero y conocimiento profundo de la gestión ambiental y sostenible en este ámbito. A través de sus valiosas perspectivas, obtendremos una comprensión más clara de la conexión entre el uso de tarjetas de crédito/débito y su impacto en el medio ambiente.
Tarjetas Plásticas: El Rastro Invisible del Impacto Ambiental
De acuerdo con Cervantes Carbajal, desde una perspectiva económica y social, las tarjetas de crédito y débito fueron concebidas con el propósito de agilizar las transacciones financieras. Este medio de pago elimina la necesidad de manejar efectivo, y en particular, las tarjetas de crédito permiten realizar compras incluso cuando no se dispone del dinero en ese momento. Este mecanismo ha ampliado las posibilidades de consumo, impulsando notablemente las ventas en diversos negocios y mejorado las condiciones económicas de muchas familias que forman parte de esta dinámica.
Sin embargo, aunque las tarjetas de crédito/débito han desempeñado un papel crucial en la inclusión financiera y el crecimiento económico, es esencial abordar sus implicaciones ambientales. Las iniciativas ecológicas son pasos positivos hacia la mitigación de estos problemas, pero la concientización y la participación activa de la industria y los consumidores son fundamentales para lograr un cambio significativo hacia prácticas financieras más sostenibles.
La fabricación y el uso extendido de tarjetas, compuestas principalmente de plástico, han generado preocupaciones significativas sobre su impacto ambiental. En particular el PVC (policloruro de vinilo) y los tintes utilizados en la producción de las tarjetas pueden tener consecuencias negativas para el medio ambiente.
Consideraciones Éticas y Ambientales del Dinero en Efectivo
Por otro lado, las consideraciones ambientales asociadas al dinero en efectivo son un tema cada vez más relevante en la actualidad. Aunque a menudo no se le presta la misma atención que a otros aspectos ambientales, el papel moneda y las monedas metálicas tienen un impacto significativo en el medio ambiente a lo largo de su ciclo de vida.
La fabricación de billetes y monedas implica la tala de árboles para obtener papel, así como la extracción y procesamiento de metales como el zinc y el níquel. Estos procesos conllevan la emisión de gases de efecto invernadero y la generación de residuos tóxicos. Además, la disposición final de billetes y monedas también plantea desafíos ambientales. Cuando el dinero en efectivo se vuelve obsoleto, la destrucción o eliminación adecuada de estos materiales puede ser un proceso complicado y poco sostenible.
En palabras de José Cervantes Carbajal, en el Perú, el efectivo sigue siendo prevalente, especialmente en sociedades con baja profundización del sistema financiero, donde la cobertura llega principalmente a áreas urbanas. Por tanto, es imperativo desarrollar mecanismos más efectivos para educar a la población sobre el sistema financiero y fomentar el uso de alternativas de ahorro y pago.
Asimismo, un desafío adicional es el riesgo de mal uso, particularmente en el caso de tarjetas de crédito, donde el control del gasto puede perderse, propiciando comportamientos consumistas. En cuanto a la generación de residuos, el dinero plástico, como las tarjetas, tiene un impacto ambiental más significativo, pero a su vez, las personas tienden a cuidar más la tenencia del efectivo. Estas consideraciones subrayan la necesidad de abordar no solo cuestiones financieras, sino también éticas y ambientales en la evolución de los métodos de pago.
Una Transición hacia Formas de Pago Sostenibles
Al promover la transición hacia formas de pago más sostenibles, es crucial considerar tanto los aspectos financieros como los medioambientales. Aquí se destacan algunos elementos clave:
Aspectos Financieros:
- Inclusividad: Garantizar accesibilidad de formas de pago sostenibles para todos, promoviendo la inclusión financiera.
- Servicios Digitales: Desarrollar y promover servicios financieros digitales para transacciones eficientes y seguras.
- Incentivos Sostenibles: Ofrecer incentivos financieros como tasas preferenciales para prácticas ecoeficientes.
- Adaptabilidad: Desarrollar sistemas financieros adaptables y resistentes a eventos disruptivos.
Aspectos Medioambientales:
- Reducción de Huella: Evaluar y reducir la huella de carbono, priorizando opciones digitales y minimizando papel y plástico.
- Ecoeficiencia: Fomentar prácticas ecoeficientes en operaciones financieras, desde la gestión de datos hasta la energía en transacciones digitales.
- Educación Ambiental: Educar sobre impacto ambiental y promover prácticas financieras más sostenibles.
- Inversiones Responsables: Orientar inversiones hacia proyectos sostenibles, contribuyendo a un sistema financiero más verde.
- Condiciones Empresariales: Facilitar condiciones financieras para empresas sostenibles mediante créditos flexibles y términos favorables.
De acuerdo a la opinión del experto José Cervantes Carbajal, la pandemia aceleró la transformación de los métodos de pago en Perú, llevando a una adopción masiva de canales digitales, como la banca por internet y aplicaciones móviles. Las operaciones a través de la banca virtual experimentaron un crecimiento exponencial, pasando de 17 millones en 2018 a cerca de 280 millones al término del primer semestre de 2023. Simultáneamente, el número de tarjetas de débito y crédito en la banca múltiple aumentó un 43% y 3%, respectivamente, entre 2018 y noviembre de 2023.
Esta evolución destaca la dirección clara que debe tomar el sistema financiero, no solo orientándose hacia la inclusividad, sino también hacia la ecoeficiencia y la responsabilidad ambiental. Se enfatiza la importancia de crear condiciones y servicios financieros que promuevan comportamientos sostenibles entre los clientes, respaldados por créditos más accesibles y condiciones ventajosas. Para lograr estos cambios, se subraya la necesidad de voluntad y liderazgo desde las instancias más altas de gobernanza en las instituciones financieras.
El Futuro de las Finanzas Verdes: Tarjetas Ecológicas como Estándar
En los últimos años, el sector bancario a nivel internacional ha demostrado un creciente compromiso con la sostenibilidad, reconociendo su potencial para contribuir a la mitigación de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y la adaptación al cambio climático. En este contexto, el uso generalizado de tarjetas de crédito no solo ha impulsado el bienestar económico y la inclusión financiera, sino que también ha generado cuestionamientos sobre su impacto ambiental.
Según Cervantes, en respuesta a estas inquietudes, la banca ha comenzado a explorar soluciones más sostenibles, como la innovadora “tarjeta ecológica”, diseñada para mitigar la huella de carbono y contribuir a la sostenibilidad global del planeta. Este enfoque ecoamigable refleja un esfuerzo tangible por parte de la industria financiera para alinear sus prácticas con objetivos medioambientales más ambiciosos.
Un Futuro Sostenible: Perspectivas que Moldearán la Elección entre Tarjetas y Efectivo
Las finanzas sostenibles están experimentando un crecimiento significativo y están moldeando las preferencias de los consumidores en cuanto a métodos de pago. Además, varias tendencias emergentes podrían influir en la elección entre tarjetas de crédito y efectivo en el futuro.
Con la conciencia ambiental en aumento, las tarjetas de crédito de instituciones sostenibles ganan popularidad. Fintech y pagos digitales reducen la huella al eliminar la necesidad de papel y plástico. Incentivos y recompensas promueven transacciones sostenibles. La transparencia corporativa y el desarrollo de criptomonedas ecológicas marcan la evolución hacia opciones
El economista José Cervantes, considera esencial el uso de tarjetas en transacciones diarias, pero destaca el continuo impulso y crecimiento del aspecto digital. Argumenta que la virtualidad facilita el acceso y las transacciones, evitando la necesidad de movilidad física y contribuyendo así a una menor huella de carbono en las actividades financieras. Además, señala que, de manera similar al comportamiento en el ámbito de productos comerciales, los consumidores cada vez más valoran la responsabilidad y sostenibilidad de las operaciones de las empresas. Sugiere que las entidades financieras deberían considerar esta tendencia como algo viable y realista.
